Arte

Los monjes japoneses, que regresarán de China, trajeron con ellos las enseñanzas Zen y muchos objetos de arte comunes en la China Sung.

Estos últimos eran productos de la filosofía Zen y eran altamente preciados por los conocedores entre los aristócratas, monjes y guerreros del tiempo.

Así que hay que destacar como quizás que él arte lo que más influyó el desarrollo de jardines fueron las las pinturas de sumi-e del paisaje natural, en tinta china negra, monocromáticas, a las que se llamó suiboku sansulga.

Para lograr-la esencia de cosas, tan propia del Zen, todos los elementos no esenciales deven ser eliminados. El color es evitado siempre que posible. El tinte negro sumi es el color cierto y en él uno puede ver variedades inacabables de todos los colores.

Traduciendo esto a un jardín, se exige la utilización predominante del verde monocromático. Las flores en colores naturales tendrían que ser utilizadas sólo para realzar el valor del color monocromático y sólo en momentos contados, predominando la floración de una o muy pocas variedades al mismo tiempo.

Debajo de la influencia Zen, el jardín seco se convirtió en uno de los tipos de jardines dominantes y la piedra en uno de los elementos más importantes como parte de diseño del jardín. Lo que la pintura suiboku había expresado con golpes intrépidos de pincel fue conseguido por la colocación adecuada de unas cuantas rocas y arbustos podados para simbolizar la grandiosidad de las montañas y la naturaleza, reducidas a un micro cosmos.

El vacío o el espacio negativo expresado por la grava cubre la mayoría de la tierra y es tan importante en el jardín como lo es el arreglo de las piedras. De forma irregular, piedras de color oscuro son seleccionadas para llevar a cabo los conceptos de yugen y shibui.

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